Para poder alegar el consumo de alcohol como una circunstancia que atenúa o exime de responsabilidad penal, la jurisprudencia indica, como lo establece la Sentencia nº 721/2015, subrayar la importancia de abordar esta cuestión con el máximo rigor.
Para que el consumo de bebidas alcohólicas pueda ser considerado como atenuante o eximente en una defensa penal, es fundamental que se aporten pruebas concretas y detalladas sobre el estado psicofísico del acusado en el momento de cometer el delito. Este análisis debe abarcar:
- La duración de la adicción al alcohol: Es necesario probar de manera fehaciente que durante la producción del hecho delictivo el autor estaba bajo los efectos del alcohol.
- La alteración de las facultades mentales: Se debe demostrar cómo el alcohol afectó específicamente las capacidades intelectivas y volitivas del individuo en el momento exacto de la comisión del acto punible.
El Tribunal es claro al señalar que meras menciones genéricas sobre el consumo de alcohol o la adicción no son suficientes para reducir la responsabilidad penal. La falta de pruebas concretas y detalladas puede impedir la aplicación de cualquier atenuante o eximente basada en el consumo de alcohol.
En mi práctica profesional de defensa penal, ofrezco un análisis exhaustivo y riguroso de cada caso, asegurando que todas las circunstancias que puedan influir en la responsabilidad penal se consideren con el debido detalle y precisión. Este enfoque es clave para construir una defensa penal sólida y eficaz.
Si estás enfrentando un proceso penal y crees que el consumo de alcohol puede influir en tu caso, es esencial contar con un abogado especializado en defensa penal que entienda a fondo estos aspectos y sepa cómo presentarlos adecuadamente ante los tribunales.